ELEAZAR LÓPEZ CONTRERAS
Eleazar López Contreras nace en
Queniquea, estado Táchira, el 5 de mayo de 1883.
En 1889 resuelve unirse a la
Revolución Liberal Restauradora. Por tal motivo, el 24 de mayo de ese año se
presentó ante el general Cipriano Castro con la finalidad de ofrecer sus
servicios, los cuales rechazó Castro por considerarlos a él y a su compañero Carlos
Rangel Cárdenas, como "demasiados pichones" para las pruebas que los
esperaban. No obstante, López Contreras siguió insistiendo hasta que el 25 de
mayo se incorporó al movimiento de tropas de San Cristóbal y el 2 de junio, se
le designa ayudante adjunto del batallón Libertador. Comienza así su vida
militar en la campaña de Castro, acompañando a éste en su marcha revolucionaria
desde Los Capachos hasta su entrada triunfal en Caracas, el 22 de octubre de
1899.
El 18 de diciembre de 1935 el
Gabinete Ejecutivo se reúne en Maracay, donde acababa de morir Gómez, y encarga
de la Presidencia a López Contreras (Ministro de Guerra y Marina), quien el día
20 llega a Caracas, donde lo recibe una muchedumbre. Lo primero que hace López
es decretar la libertad de los presos políticos.
El General Eleazar López
Contreras fue designado Presidente de la República el 1º de enero de 1936, para
completar el período del fenecido Juan Vicente Gómez. Luego fue electo
Presidente Constitucional para el período 1936-1942. El 2 de enero de 1973, a
la edad de noventa años, murió en Caracas.
Eleazar López Contreras, militar,
historiador y político. Fue el último General en Jefe de Venezuela. López fue
uno de los del grupo de los 60 que con Cipriano Castro tomaron el poder en
1899. A diferencia de otros militares de la época, él era un oficial de
carrera.
El gobierno de López fue
relativamente amplio, especialmente en su primer año. Entre sus medidas podemos
mencionar, la promulgación de la nueva Constitución Nacional y una moderna Ley
del Trabajo (1936). Asimismo, el "Programa de febrero" de 1936 y
"El Plan Trienal" (1938) para el progreso económico y social.
También se establecieron nuevas
instituciones: el Instituto Pedagógico Nacional, la Oficina Nacional del
Trabajo, el Ministerio de Agricultura y Cría, Ministerio de Comunicaciones, el
Consejo Venezolano del Niño, el Banco Industrial, la Oficina Nacional de Cambio
y la de Control de Exportaciones, y finalmente, ya en 1940, el Banco Central de
Venezuela, y un Acto de Gobierno que la posteridad ha rechazado por inicuo,
aunque ha habido quien lo justifique, fue el de la firma del tratado de límites
con Colombia, el 5 de abril de 1941 mediante el cual se perdieron 108.000 Km2
de territorio venezolano.
El gobierno luchó políticamente
en las calles, en los periódicos, en los sindicatos y gremios. El régimen hacía
algunos cambios pero pretendía que éstos no fueran muy rápidos o muy profundos.
En este contexto, el gobierno de
López expulsó del país a un grupo de intelectuales, dirigentes estudiantiles y
políticos acusándolos de ser "comunistas" y por tanto culpables de
violar el Inciso Sexto del artículo 32 de la Constitución Nacional. Asimismo,
la Corte Federal anuló la elección de todos los parlamentarios de oposición
acusándolos de comunistas.
También se desarrollaron luchas
sociales como la Huelga Nacional de los trabajadores petroleros, las protestas
de empleados y obreros en las ciudades y las luchas de los campesinos sin
tierra que exigían una Reforma Agraria y el fin del latifundismo.
En otro aspecto, la lucha
económica entre las diferentes potencias imperialistas no se pudo mantener por
más tiempo y en 1939 estalla el conflicto militar entre las potencias
imperialistas fascistas y las democráticas (segunda Guerra Mundial). Venezuela
fijó su posición neutral ante el conflicto.
El PLAN TRIENAL de 1938 (7 de mayo de 1938)
El plan tenía estipulado un
gasto de 364.517.722 bolívares, de los cuales el 43% provenía de los recursos
ordinarios del tesoro y el 57 % restante se obtendría por financiamiento a
largo plazo (20 años).
1) Las obras
que se emprenderían con los recursos ordinarios serían:
a) Sistemas de cloacas para las principales
ciudades del país: Caracas, Valencia, Puerto Cabello, Ciudad Bolívar,
Barquisimeto, Valera, Maracaibo, San Cristóbal, Mérida, Maturín, Maiquetía,
Trujillo, Barcelona, San Juan de los Morros, Los Teques y Cumaná. El monto de las
obras de cloacas alcanzaría a 16.299.633 1bolívares.
b) Defensa de poblaciones, fundamentalmente
de aquellas que corrían peligro en época de inundaciones tales como:
Encontrados, San Fernando de Apure, Guasdualito, Tucupita y Carora. El monto
sería de Bs. 5.400.000 bolívares.
c) Obras de irrigación en las siguientes
áreas.: Valles del Tuy, Nueva Esparta, Lara, Falcón y La Guajira por un monto
de 3.000.000 de bolívares.
d) Hospitales y Asistencia Social, obras
por un monto de 16.065.000 bolívares.
e) Edificios para servicios del Ministerio
de Relaciones Exteriores y remodelación por 10.040.200 bolívares.
f)
Edificios y remodelaciones para servicios del Ministerio de Relaciones
Exteriores por 974.000 bolívares.
g) Edificios para el Ministerio de Hacienda
por 700.000 bolívares.
h) Edificios para los servicios del
Ministerio de Guerra y Marina por 10. 111.400 bolívares.
i)
Dependencias del Ministerio de Obras Públicas por 454.000 bolívares.
j)
Edificios y escuelas para el Ministerio de Educación por 17.780.000
bolívares.
k) Edificios para servicios del Ministerio
de Agricultura y Cría por 2.996.000 bolívares.
l)
Edificios para servicios del Ministerio del Trabajo y Comunicaciones por
860.000 bolívares.
m) Edificios para otros servicios por
2.526.000 bolívares.
n)
Obras de embellecimiento de Caracas por 4.750.000 bolívares.
o)
Para caminos de herradura por 2.844.100 bolívares.
p)
Para reparación de tramos carreteros ya existentes y obras complementarias
por 13.041.825 bolívares.
q)
Conservación y mejora de carreteras por 10.064.397 bolívares.
r)
Estudios de carreteras ya contratadas por 220.400 bolívares.
s)
Para navegación marítima y fluvial por 5.400.000 bolívares.
t)
Para Navegación Aérea, construcción y acondicionamiento de aeródromos
por 3.500.000 bolívares.
2) Las obras
que se emprenderían con los recursos de financiamiento a largo plazo serían:
a) Para ferrocarriles por 61.000.000 de
bolívares.
b) Para puertos por 97.000.000 de
bolívares.
c) Para las Salinas de Araya por 6.000.000
de bolívares.
d) Para estudio, construcción y
perfeccionamiento de acueductos de las principales ciudades de Venezuela
por 30.000.000 de bolívares.
e) Para hoteles y balnearios por 5.865.000
de bolívares.
En este Plan Trienal se inserta
es desarrollo del Plan Monumental de Caracas de 1939
DE LA
ÉCOLE DES BEAUX ARTS A LA SOCIETE FRANCAISE DES URBANISTES
La École des Beaux Arts fue
fundada originariamente como Escuela Real en 1819 y su sección de Arquitectura
provenía de la antigua Academia Real (1671-1793) abolida por la Revolución
Francesa. Entre 1795 y 1799 funcionó como Escuela Especial de Arquitectura,
luego Escuela Imperial bajo Napoleón (1807-1814), título que retomó en 1852 y
que en 1870 se habría de modificar por el de Escuela Nacional Superior de
Bellas Artes.
Los mejores alumnos de la
Escuela obtenían los Grand Prix de Rome que los habilitaba para concurrir a la
Academia de Francia en Roma y por ende vincularse estrechamente con el mundo
clásico. Los sectores de la arquitectura más próximos a la construcción que a
las artes estudiaban mientras tanto en la École des Travaux Publics que fuera
fundada en 1794.
La influencia de la École des
Beaux Arts fue enorme desde fines del siglo XIX en la arquitectura del mundo
occidental y particularmente en Estados Unidos y algunos países de América
Latina donde sus egresados dirigieron y orientaron los estudios de arquitectura
a partir de sus premisas pedagógicas. Sus textos básicos (Guadet, Barberot,
Cloquet, Gromort, Gutton) marcados por la evolución del academicismo clasicista
al eclecticismo impusieron un repertorio formal que transformó el paisaje urbano
de muchas ciudades.
En 1911 se había formado en
París la Societé Francaise des Urbanistes (SFU) que integraban entre otros los
arquitectos Alfred Agache, Marcel Auburtin (1872-1926), André Berard, León
Jaussely (1875-1932), Henri Prost (1874-1959) (Quien dirigirá el proyecto del
Plan Monumental de Caracas de 1939) y
los paisajistas Jean Nicolas Forestier (1861-1930) y Edouard Redont (1862-1942).
El papel de estos técnicos fue decisivo en la preparación de la primera ley
urbanística sobre “l´Aménagement, l´embellissement et l´extension des villes”
que fuera sancionada en 1919 y reformada parcialmente en 1924 (Ley Cornudet).
Estas legislaciones planteaban la obligación a los municipios de más de 10.000
habitantes de contar con un Plan Regulador.
Las ideas de este urbanismo decimonónico
francés se sustentaban en los tres pilares de la funcionalidad vial, el
higienismo positivista y las ideas de la estética urbana que afianzaban la
belleza arquitectónica y paisajística. En la fase funcional se incluían – en
directa vinculación con los preceptos higienistas- los temas vinculados al
abastecimiento de aguas y eliminación de residuos. A esto se le daba tanta
importancia, debido a las epidemias, que no debe sorprendernos que a comienzos
del siglo XX hubiera urbanistas que tomaran este aspecto como central en sus propuestas
de planos urbanos.
Las innovaciones sobre la
circulación de vehículos y tráfico y aún los proyectos utópicos de ciudades
reguladas por las vías de comunicación en altura fueron impulsadas
tempranamente por Eugene Hénard (1849-1923), animador de las primeras tertulias
y congresos de urbanismo. En 1910 en Londres, Hénard proponía un nuevo
imaginario para “La ciudad del futuro” que nos remitiría a los esbozos
futuristas de Sant Elía desprendiéndose de las normativas de composición
académica.
También en lo funcional comienza
a esbozarse el tema del “zoning” que el racionalismo llevará como idea fuerza
del urbanismo del CIAM, pero que en esta fase no descarta la posibilidad de
separar las áreas industriales y los núcleos residenciales de las zonas
comerciales o administrativas. Debemos recordar que los grupos modernos del
CIAM justamente atacarían por reaccionarios los postulados de las
“composiciones” urbanas de los academicistas y sus estrictas normas de
simetrías.
Lo propio sucedería con los
esquemas de “ciudad jardín” que solían aparecer en las zonas fuelles entre los
núcleos fabriles y residenciales. Según ellos la aceptación de las premisas
higienistas de la ventilación y oxigenación llevaba a prever áreas verdes de
casi un 22% de la superficie urbana (según el proyecto de Agache para Canberra)
lo que en muy pocos casos habría de lograrse ya que París tenía solamente un
4%, Berlín un 10% y Londres el 15%.
Junto a estas zonas verdes,
adquirían creciente importancia los espacios públicos destinados a actividades
lúdicas y deportivas. Siguiendo las tradiciones de la ilustración del siglo
XVIII y en concordancia con las preceptivas higienistas el equipamiento
vinculado a salud, asilos y cementerios eran ubicados en la periferia urbana.
Configuradas las áreas,
articuladas por las vías de comunicación, el diseño recurría a modelos
geométricos que no soslayaban la cuadrícula pero optaban por núcleos
poligonales, ovales o exedras con vías radiales que posibilitaban acortar
distancias. Es interesante ver que estos urbanistas franceses rechazan la
cuadrícula hispana como símbolo de una traza anacrónica, no meramente por la
estrechez de las calles sino también por la reiteración paisajística
En coincidencia con el
pensamiento arquitectónico de la École des Beaux Arts se veía a la ciudad como
un objeto capaz de ser abordado en términos de una composición, de un plan de
ensamblaje en su diseño, que permitiría modelar la ciudad a la par que inducir
su desarrollo. Para ellos el urbanismo era una ciencia que les permitía
entender su pasado y formación a la vez que reconocer sus aciertos y errores,
un arte donde la intuición y la composición permitirían superar y proponer un
futuro urbano mejor y finalmente una filosofía con sentido social que
aseguraría la conformación de una sociedad equilibrada contenida en un conjunto
urbano armonioso determinado por el Plan.
En realidad esta forma de
jerarquizar los planos urbanos procedía de la visión que venían aplicando los
agrimensores desde el siglo XIX con énfasis en un formalismo de sentido
geométrico, con predominancia de simetrías, diagonales cruzadas o calles
radiales que definían las formas urbanas y sus articulaciones.
EL PLAN MONUMENTAL DE CARACAS DE 1939
La génesis de la planificación
urbana en Venezuela se da partir de la contratación en 1938 de Henri Prost, Jacques
Lambert y Maurice Rotival.
Entre los
años de 1938-1939, al crearse la Dirección de Urbanismo del Distrito Federal,
se contrató a los urbanistas franceses Henri Prost (jefe del equipo francés),
Lambert, Rotival y Wegenstein, para que elaboraran un plan rector para Caracas,
que se denominó “Plan Monumental de Caracas”.
Rotival y Lambert son quienes se involucran más directamente con el
proyecto. Ambos vienen a Venezuela, mas es Rotival quien permanece más tiempo
en Venezuela. De allí que su nombre esté asociado a los planes rectores de
Caracas. El Plan
Monumental de Caracas de 1939 se encadenó con el Plano Regulador de Caracas de 1951
y luego con la Tesis para Caracas de 1959.
Henri Prost es uno de los urbanistas
más importantes y reconocidos de Francia, tenía profundas restricciones contra
las tesis de Le Corbusier o en contra el periodo naciente del Movimiento
Moderno.
La rapidez y la simultaneidad en la
elaboración del proyecto indican una forma de trabajo en la que la intuición y
las decisiones preconcebidas tienen un peso significativo; lo indica que para
la fecha del proyecto ya existe solución, partido escogido y en desarrollo,
mientras se estudia el pasado urbano de la ciudad, su presente y su futuro.
Entre la renovación y la extensión de
la ciudad se escoge la renovación; entre el posible desplazamiento del centro
urbano se escoge su valorización. No se oculta la estrategia, Haussmann y París
son reiterados como ejemplo. El proyecto arquitectónico es realizado entre
enero y marzo de 1939 en París, bajo la dirección de Prost[1].
El Plan Monumental de 1939 sanciona un
modelo de ciudad, una distribución espacial fundada en el ingreso y en el
proceso de producción. Así, las zonas industriales y barrios obreros quedan
asentadas hacia Catia y Antímano, con algunas zonas adicionales en El Valle y
Prado de María. Por el contrario, las zonas residenciales de clase media y alta
aparecen fundadas en El Este.
El 11 de julio de 1939, el Gobernador
del distrito Federal, Elbano Mibelli expuso ante el Concejo Municipal del
Distrito Federal los lineamientos generales del Plan Monumental de Caracas. La
exposición fue completada con la exposición de los planos del proyecto.
La Comisión Especial del Concejo
Municipal designada para estudiar el Plan de Urbanismo señala en su informe,
entre otras cosas, que: “la forma utilizada para la obtención del proyecto no
fue totalmente acertada ya que hubiera sido más aconsejable promover un
concurso internacional, lo que habría permitido obtener varios proyectos, y
seleccionar le mejor”.
De este modo, como señala Martín
Frechilla “No hay por el momento más trabajo para los Técnicos Consejeros. El
proyecto se queda frío, el Plan de Vialidad operará sin sanción legal, y a la
discrecionalidad del funcionario, en ensanches y alineamientos”[2].
El positivismo, y en parte el
evolucionismo spenceriano, fueron los fundamentos del pensamiento antropológico
y político del lopecismo; esto determinó, en última instancia, la selección del
equipo de urbanistas franceses, que ideó el Plan Monumental de Caracas de 1939,
que provenía de la Societé Francaise des Urbanistes
influida por la École des Beaux Arts, que representaba el modelo
pedagógico academicista dando hegemonía a la razón científica que se deriva de
los hechos, y descarta las opiniones personales o la imaginación especulativa;
todo esto en correspondencia con el pensamiento lopecista.
Además, las ideas de este urbanismo
decimonónico francés, que se sustentan en la funcionalidad vial, el higienismo
positivista y las ideas de la estética urbana que afianzaba la belleza
arquitectónica y paisajística, están muy acordes con la proposición de la
Comisión de Obras Urbanas de julio de 1937[3]
[1] J. J. Martín Frechilla. “Rotival de
1939 a 1959, de la ciudad como negocio a la planificación como pretexto”, El
Plan Rotival, la Caracas que no fue, Caracas, UVC., 1991, pp. 89-90.
[2] J. J. Martín Frechilla. “Rotival de 1939 a
1959, de la ciudad como negocio a la planificación como pretexto”, El Plan Rotival,
la Caracas que no fue, Caracas, UVC., 1991, p. 93.
[3] Véase. J. J. Martín Frechilla. Planes, planos
y proyectos para Venezuela: 1908-1958, Caracas, UVC., 1994, p. 347.
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